Estudiantes de la Autónoma, la Complutense o Erasmus esperaban el momento en que las manillas del reloj se acercaran a las 12 para iniciar el ritual y dar comienzo al desenfreno: ¡Diez, nueve, ocho... dos, uno, feliz añooooo!
Antes de acabar el descuento algunos ya se abrazaban con la boca llena de uvas y otros descorchaban la sidra o el champán para rociar a sus amigos con la excusa. «Yo no he traído uvas pero me he comido 12 patatas del McDonalds», comentaba una chica. «Me encanta que se celebre esta fiesta porque con este motivo se rompe la rutina de salir y, por ahora, la Policía no ha venido a decirnos que no bebamos», aseguraba Beatriz, estudiante de Psicología.
Otra de sus compañeras, Paz, contaba cómo la residencia les había proporcionado cajas de confeti, matasuegras y gorros de Navidad para la celebración. «Es la primera vez que vengo a algo así, pero me encanta. Es una buena excusa para disfrutar más la juerga navideña».
Imitando a Salamanca
A pesar de ser la primera vez que se realiza en Madrid, la Nochevieja anticipada es ya costumbre en otras ciudades universitarias como Salamanca. Fue justamente esta ciudad la que inspiró a Jorge, el pionero de la celebración en la capital, a extender la costumbre. «Yo ya conocía la tradición y pensé, ¿Por qué no hacerlo en Madrid? Entonces fue cuando mandé el primer e-mail y fíjate la que he montado. No esperaba tanto», decía orgulloso este estudiante de Telecomunicaciones, animado y vitoreado durante toda la noche.
El jolgorio de la Puerta del Sol hacía pararse a casi todo el que pasaba por sus inmediaciones, que se sorprendía del ruido y del colorido. «Cuando he visto tantos jóvenes me he preguntado qué pasaba, pero pronto me he dado cuenta de que era algo festivo, por los gorros y las botellas de alcohol», explicó una señora que volvía a casa.
No era la única impresionada por la fiesta. Smriti, una estudiante californiana, contaba cómo estaba maravillada con la vitalidad de la capital: «es increíble su vida nocturna, algo que no había visto en ningún sitio y que voy a echar mucho de menos cuando vuelva a Estados Unidos», opinó. «No se cómo será la fiesta de Año Nuevo pero la de hoy es divertidísima», apostilló.
Algo más de una hora después de las 12, la muchedumbre se fue diluyendo para trasladarse a los bares y discotecas cercanos, no sin antes felicitar a todo el que se preciara y hacerse fotos con el reloj. Lo peor de la noche, las botellas y el confeti que quedaron apoyados en los árboles, en la fuente y desperdigados por el suelo.
Repetición el día 30
Muchos jóvenes presentes en la Nochevieja universitaria se citaron para volver a celebrar el próximo día 30 la víspera de Nochevieja, con el objetivo de tomar las uvas con el repique de las campanadas.
«La fiesta de hoy ha sido increíble pero yo me quiero tomar las uvas en la Puerta del Sol con el sonido del reloj y como el día 31 estoy con mi familia vendré un día antes», decía una joven.
No era la única. Otros, como Carlos, estudiante de la Autónoma, aseguraban su presencia el próximo día porque «nunca hay que escatimar tiempo cuando se trata de pasarlo bien de verdad», dijo. «En menos de 15 días volveremos a repetir todos los villancicos que hoy hemos cantado y nos tomaremos una sidrita o un vino como Dios manda. Y al día siguiente otro u otros», concluyó.
Diego, uno de sus amigos, iba más allá y lanzaba una propuesta: «tenemos que fijar el segundo viernes de diciembre como nuestra fiesta, la Nochevieja universitaria, porque muchos somos de fuera y no podemos despedirnos después de nuestros colegas con los que hemos vivido todo el año. Y hay que desearles salud y mucho amor».
2 comentarios:
Donde lo han publicado?
Es la de hace 2 años, en el mundo lo pusieron. Este año no me han hecho entrevista ni nada .. unos rancios :P
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