Los Reyes Magos y Papá Noel no son los únicos que reciben cartas estos días. Las oficinas postales de Jerusalén recibien a diario miles de cartas de todo el mundo dirigidas a Dios.
Los remitentes piden que sus misivas sean introducidas en el Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado para los judíos, para así hacer llegar a Dios sus mensajes.
Los empleados postales tratan de cumplir los deseos de los remitentes en la medida de sus posibilidades y dejan las cartas a Dios entre las desgastadas piedras del muro.
Hace 3 años
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