sábado, 6 de diciembre de 2008

Japón ruega a su gente que haga el amor

Ala mayor organización empresarial del Japón, Keidanren, le preocupa que los trabajadores del país no tengan suficientes relaciones sexuales.

El grupo recomendó a las 1,632 compañías que lo componen iniciar las llamadas semanas familiares, que dan a los empleados más tiempo para jugar con los chicos y tener más hijos a fin de revertir una tasa de natalidad menguante. Un sondeo de la Asociación de Planeamiento Familiar del Japón entre cerca de 3,000 personas casadas menores de 49 años muestra que las parejas tienen menos relaciones sexuales porque los largos días laborales les dejan poca energía.

En un país donde las personas mayores de 65 años superarán a los niños por una ventaja de dos a uno en cinco años, las compañías dicen que con el tiempo no tendrán suficientes trabajadores. La tasa de natalidad de Japón viene cayendo desde 1972 y amenaza con reducir la fuerza laboral 16 por ciento para el 2030 desde 66.6 millones de trabajadores en el 2006, según el Ministerio de Salud.

Deben irse a casa temprano, le dijo al personal el director general de Nippon Oil Corp., Shinji Nishio, en un discurso durante la campaña familiar de dos semanas que lleva a cabo la compañía, la cual finaliza el 22 de noviembre. La menguante tasa de natalidad y el envejecimiento de la población, junto con la responsabilidad de educar a la próxima generación: estos no son problemas de algún otro. Esperamos la activa participación de todos los trabajadores.

En Nippon Oil, la mayor refinería japonesa, los empleados tienen prohibido trabajar los fines de semana y deben obtener permiso para quedarse después de las 7 de la tarde. El fabricante de productos textiles Toray Industries Inc. y All Nippon Airways Co. también celebran semanas familiares este mes.

Todas las noches a las 8 en la sede de Nippon Oil en Tokio, la canción When You Wish Upon a Star suena desde los parlantes. El tema de la banda sonora de la película de Walt Disney Co., Pinocho, estrenada en 1940, sobre un títere que quería ser humano, apunta a tocar el corazón de los trabajadores y recordarles que deberían estar en casa con la gente a quien aman, dijo Takefumi Koga, gerente de grupo de relaciones laborales.

Algunos empleados aprovecharon el tiempo libre extra para salir de copas después del trabajo, pero Koga, de 45 años y padre de dos niñas, dijo que logró rechazar las invitaciones y fue a su casa en los suburbios de Tokio. Cuando apareció inesperadamente para cenar su hija le preguntó si no se sentía bien.

Mi familia y yo mismo nos sentimos raros al principio, pero es agradable pasar tiempo juntos, dijo Koga. Aunque no todos los días puedo volver a casa temprano.

Pasar más tiempo en casa podría incomodar a los oficinistas en un país donde las largas jornadas laborales y las vacaciones cortas son la norma. En el 2006, la semana laboral promedio en Japón era la tercera más larga entre los países industrializados después de Corea del Sur y Estados Unidos, según la Organización Internacional del Trabajo, organismo de las Naciones Unidas con sede en Ginebra.

Los trabajadores optaron por tomar menos de la mitad de sus vacaciones pagas el año pasado, un promedio de sólo 8.3 días, según el Ministerio de Trabajo. La palabra karoshi ha entrado al vocabulario para describir el fenómeno de muerte por exceso de trabajo.

Es un duro reto para los trabajadores, en especial los de edad mediana, a quienes les enseñaron que la laboriosidad es la virtud más importante, dijo el doctor Kunio Kitamura, presidente de la Asociación de Planeamiento Familiar, que dio detalles de la encuesta entre parejas casadas en una conferencia de la semana pasada. Volver a casa más temprano, si se puede implementar, es una solución para la declinante tasa de natalidad.

Las parejas japonesas están renunciando a las relaciones sexuales, según el informe, que se presentará al Ministerio de Salud y Bienestar el año próximo.

De las parejas casadas encuestadas en el 2008, el 36.5 por ciento no había tenido relaciones sexuales el mes anterior, frente a 34.6 por ciento en el 2006 y 31.9 por ciento en el 2004, dijo Kitamura. Las parejas se quejaban de que volvían muy cansadas del trabajo o que las relaciones sexuales son aburridas.

El consejo para las parejas que no mantienen relaciones sexuales es que pasen más tiempo juntos, dijo Kitamura. El simple hecho de andar por ahí, incluso mirar televisión en la misma habitación, sería un buen comienzo.

La tasa de natalidad del país, el promedio de hijos que tiene una mujer en el curso de su vida, empezó a caer en 1972, y era de 1.34 en el 2007, muy inferior al 2.07 requerido para una población estable, según el Instituto Nacional de Población e Investigación sobre Seguridad Social.

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