domingo, 25 de mayo de 2008

Las grandes plumas también saben insultar

23/05/2008
  • A lo largo de los siglos, los escritores han usado el insulto como un arma
Góngora y Quevedo. (Ilustración: Ulises)

MADRID.- Siendo la palabra el arma natural del hombre y el insulto su munición, no resulta sorprendente que los grandes maestros de la literatura hispana hayan disparado sus más poderosas balas.

A lo largo de los siglos, el insulto ha servido para deshonrar socialmente a alguien. Félix Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Diego de Torres y Villarroel, Leandro Fernández de Moratín y Camilo José Cela, son algunos de los grandes que, ya sea como defensa o como ataque, han insultado con sus más preciosas letras.

Las palabras de la jerga ofensiva que han sido utilizadas por estos autores han sido recogidas en el recién publicado 'El gran libro de los insultos' del escritor Pancracio Celdrán Gomariz.

En el siglo XVI, Lope de Vega destacó por la diferencia en el uso del lenguaje entre sus personajes plebeyos y nobles. En sus dramas, el uso de insultos y vulgarismos fueron recurrentes para indicar el estatus social. También en su lírica, al hablar de sus tormentosos amores y odios, recurrió a estos adjetivos calificativos:

"Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso"

En el siglo XVII, la lucha literaria entre Quevedo y Luis de Góngora terminó reflejándose a nivel personal. En un poema, Quevedo se refiere a Góngora:

"Yo te untaré mis obras con tocino
Porque no me las muerdas, Gongorilla,
Perro de los ingenios de Castilla,
Docto en pullas, cual mozo de camino".

A sus insultos, el cordobés respondió:

"Anacreonte español, no hay quien os tope.
Que no diga con mucha cortesía,
Que ya que vuestros pies son de elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope".

Diego de Torres y Villarroel es un gran representante del insulto en el siglo XVIII. Con su temperamento irreverente y su constante cambio de vida, el salamantino compuso sonetos burlescos, como 'Confusión y vicios de la corte':

"Mulas, médicos, sastres y letrados,
corriendo por las calles a millones;
duques, lacayos, damas y soplones,
todos sin distinción arrebujados".

La lírica y el drama de Leandro Fernández de Moratín destacan por su burla a la sociedad del siglo XIX. Las obras de teatro, 'El sí de la niña' y 'La mojigata' están llenas de insultos. Lo mismo ocurre con la obra en prosa 'La derrota de los pedantes', que desde su nombre está condenada por el insulto.

El ganador del premio Nobel Camilo José Cela destacó por su rebeldía y agudeza. No sólo fue el responsable de que se incluyera la palabra 'coño' en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, sino que escribió su 'Diccionario secreto', donde explicó el significado de las palabras altisonantes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Don Pancracio Celdrán, Criatura Sabia