Un pescador inglés intentó convencer a las autoridades británicas de que estaba muerto para evitar una posible multa de un millón de libras, y para lograrlo se esforzó en escribir su propio obituario en una revista, informa The Daily Telegraph.
Roger Atkins, de 55 años, estaba siendo investigado por falsificar las cifras de sus pescas y vulnerar la normativa del sector, por lo que hace dos años decidió fingir su propia muerte. Suplantando la identidad de su mujer, escribió una carta a la Agencia de Marina y Pesca en la que les aseguraba que había muerto de un infarto al corazón, y para hacer más creíble su historia escribió su propio obituario en una publicación del sector.
"La gente encontraba en él un caballero del mar, con un gran sentido del humor; alguien que siempre estaba dispuesto a ayudar a cualquiera", afirmaba Atkins de sí mismo en la revista Fishing News, en un artículo en el que aprovechaba para arremeter contra las autoridades a las que pretendía engañar.
"[Roger] creía firmemente que los políticos (...) sólo se preocupaban por detener a los pescadores británicos que querían ganar dinero para vivir honestamente (...) y permitir a los extranjeros coger lo que quisieran de las aguas británicas", afirmaba con rotundidad.
Sin embargo, las autoridades no tardaron en descubrir el engaño, y actualmente Atkins se enfrenta no sólo a 21 acusaciones por múltiples infracciones de la regulación marítima, sino también al delito de obstaculizar la investigación al fingir su muerte.
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