MADRID.- La etapa universitaria no siempre es tan 'dorada' como cuentan. Estrés por los exámenes, falta de dinero, cambios de residencia, dificultades para mantener una red social, prácticas curriculares extraescolares, cambios en los horarios del sueño... Un 'cóctel' con todos los ingredientes necesarios para ocasionar un elevado porcentaje de síntomas de ansiedad y de depresión entre los estudiantes.
No en balde, algunas universidades cuentan ya con servicios específicos de ayuda para sus estudiantes, como la Unidad de Atención Psicológica y Salud Mental para el Universitario, de la Universidad de Salamanca que nació en 1996. "Durante el 2009 hemos atendido alrededor de 150 demandas", destaca Isabel Serrano, directora de la unidad. Y muchos más jóvenes seguirán recurriendo a ella, a tenor de los datos de un nuevo estudio realizado por profesores de la Universidad Católica San Antonio de Murcia.
En él se constata la elevada incidencia de síntomas de trastornos de ansiedad y depresión entre los universitarios. Les empujó a su realización el que "los profesores de distintos departamentos y unidades docentes habían expresado en reiteradas ocasiones el elevado número de alumnos que acudían a las horas de atención y tutoría para comentar el malestar psicológico y emocional que sufrían como consecuencia, en buena parte de los casos, de las vivencias estresantes", comentan en su artículo los profesores Serafín Balanza, Isabel Morales y Joaquín Guerrero, de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte en su artículo.
Por este motivo, los estudiantes padecían "síntomas somáticos como cefaleas o alteraciones del sueño y síntomas conductuales y cognitivos (irritabilidad o falta de concentración, todos ellos asociados a trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión", reza el ensayo.
Publicado en 'Clínica y Salud', el estudio se llevó a cabo con 700 universitarios, con una media de edad de 21 años, de las facultades o escuelas de Ciencias Sociales y Comunicación, Ciencias Jurídicas y de la Empresa, Escuela Politécnica y Ciencias de la Salud y del Deporte. A todos se les sometió a un test capaz de detectar si existen o no un posible trastorno de ansiedad o depresión.
Los 'riesgos' de las prácticas
Los datos revelan que "un 55% tenía síntomas de ansiedad mientras que el 63% de depresión". Los firmantes del trabajo reconocen, que ninguno de los casos de su estudio tenía un diagnóstico de los trastornos mencionados y que existen limitaciones al estudio. "Es evidente que el instrumento utilizado, la Escala de Ansiedad y Depresión de Golberg, sólo tiene utilidad para 'screening', por su falta de especificidad, por lo que se necesitarían estudios posteriores, dada la sospecha de una alta prevalencia de estos trastornos mentales, utilizando instrumentos de mayor sensibilidad y buscando nuevos factores que puedan estar asociados con los problemas de salud mental estudiados que no han quedado suficientemente explicados en este trabajo", aclaran.
"Ninguna de las personas estudiadas ha sido diagnosticada de esos trastornos. Se ha utilizado una prueba de cribado o screening que no es diagnóstica. Todo el mundo tiene síntomas de ansiedad, por ejemplo: irritabilidad, tensión muscular, preocupaciones, etc... El que haya algún o algunos síntomas de ansiedad no quiere decir que se padezca un trastorno de ansiedad. Igual ocurre con la depresión: estar triste, perder el interés por las cosas, tener trastorno en el sueño, etc. son síntomas que todos sentimos y no por ello se puede decir que padezcamos depresión", comenta Miguel Angel Vallejo Pareja, Catedrático de la Facultad de Psicología de la UNED.
El trabajo apunta que dependiendo de la carrera escogida el riesgo de desarrollar estos síntomas puede aumentar. Así, los estudiantes de titulaciones de Ciencias de la Salud y de Ciencias Jurídicas son los que tienen una mayor probabilidad de sufrir procesos de ansiedad y depresión. El hecho de realizar prácticas curriculares extrauniversitarias en centros sanitarios eleva el estrés del universitario, dado que se considera que se deben compaginar las clases en la universidad con las de dichos centros. "La realización de prácticas clínicas siguiendo el turno del tutor implica además frecuentes cambios en el ciclo vital/sueño... En comparación con otros estudiantes los de Ciencias de la Salud son los que más síntomas de ansiedad presentan", indica en el estudio.
Aprender a enfrentarse
La doctora Serrano señala algunos de ellos. "Son varios los factores de riesgo citados en diversas investigaciones epidemiológicas. Por ejemplo se ha encontrado una relación importante entre estos trastornos en los jóvenes y problemas psicológicos en sus padres y madres, así como sufrir repetidos problemas de salud o consumir de alcohol.... Aparte de cierta predisposición biológica, los más vulnerables a la depresión y a los trastornos de ansiedad parece que son aquéllos que presentan un estilo cognitivo irracional junto con déficit en su repertorio conductual de habilidades de afrontamiento, de solución de problemas y sociales", comenta.
La ayuda que se les presta se "basa en una serie de sesiones en las que se enseña al paciente a adquirir un estilo de pensamiento positivo y racional, así como habilidades sociales, de resolución de problemas y de afrontamiento. Una de las técnicas más enseñadas para afrontar situaciones que pueden producir ansiedad es la relajación", agrega.
Desde su punto de vista, la prevención de estos "trastornos vendría por una formación integral del individuo desde las fases más tempranas del desarrollo, donde se enseñe a poner en práctica el pensamiento racional, las habilidades sociales y la resolución de problemas", concreta.